El número que ves en la balanza no siempre es el mejor indicador de progreso. A veces, los números no se han movido, pero la composición de tu cuerpo puede parecer más delgada. O a veces aumenta el peso muscular, pero te ves como que has perdido peso.
Antes de subestimar tu progreso desde el punto de vista de la balanza, observa tu porcentaje de grasa corporal, cómo te queda la ropa, qué tan fuerte te has vuelto, las medidas de tu cuerpo y las fotos que te tomas mes a mes. Tal vez solo te hayas estancado en lo que respecta al peso de la balanza, pero estás sufriendo otro tipo de cambios y transformándote de otras maneras.
Si realmente sientes que tu cuerpo no está cambiando, intenta responder las siguientes preguntas con sinceridad:
- ¿Consumo la cantidad adecuada de calorías?
- ¿Peso los ingredientes individuales?
- ¿Bebo mucha agua?
- ¿Hago ejercicio tanto como debería?
- ¿Estoy controlando mis niveles de estrés?
- ¿Duermo lo suficiente (7-8 horas)?
Cualquier pregunta que hayas respondido con "no" puede ser la razón por la cual no estás notando ningún cambio. Asegúrate de prestar más atención a tu rutina diaria y a tus niveles de estrés para lograr los mejores resultados.